México, ¿infierno fiscal?

Un funcionario del SAT (Servicio de Administración Tributaria) manifestó que harían una investigación para determinar si Estados Unidos se convirtió en un paraíso fiscal al bajar impuestos. Aunque a los pocos días la SHCP señaló que no harían esa investigación, quedó de manifiesto que muchos funcionarios consideran un bien para la sociedad aumentar impuestos y una política antisocial reducirlos.

México es un ejemplo de que aumentar los impuestos no genera mayor bienestar social. En el actual gobierno se incrementaron los impuestos a niveles record, y se logró en los primeros años de ese aumento una captación fiscal no vista en gobiernos anteriores. El aumento de impuestos fue acompañado de más gasto público, un menor crecimiento, menos inversión, más deuda y más corrupción.

Si a un país con bajos impuestos lo rotulan como un paraíso fiscal, México es entonces lo contrario: un infierno fiscal. El impuesto al consumo, IVA, es del 16% en México, mientras en Texas y California del 7 al 8%, la mitad. La proporción de impuestos que por diversas vías pagan las empresas de sus ganancias suman en EUA, antes de la reciente reducción, un 44%, en México alcanzan el 52%. Más de la mitad de las ganancias van al socio mayoritario de todas las empresas: el gobierno, pues se queda con la mayor parte.

La complejidad y tiempo gastado en cumplir con los reglamentos relacionados con el pago de impuestos representa en EUA 175 horas; en México, 286, dato anterior a los nuevos reglamentos que entraron en vigor a finales del 2017 y principios del 2018, con la excusa de evitar la evasión fiscal. Esas “reformas” complicaron la emisión de facturas. Antes, me decía un contador, un micro o pequeño empresario emitía en 5 minutos una factura, ahora muchos de ellos sin computadora no la pueden emitir, y aún con computadora tardan más de media hora en emitir la factura, sin contar la segunda complementaria.

En México el principal problema social no es la evasión fiscal sino el robo de los impuestos, que deslegitima su cobro, como lo explico en el libro ¿POR QUÉ LOS IMPUESTOS SON UN ROBO?

México se ha convertido en un infierno fiscal, y si el próximo Presidente no reduce la carga fiscal, migraran los inversionistas a los “paraísos fiscales” y tendremos menos inversión, menos empleos y menos crecimiento.