En casi dos años y medio de gobierno, López Obrador, con algunas variables, repite las políticas que llevaron a Venezuela a la pobreza generalizada.
Con el presidente de México, López Obrador, se cumple la fábula escrita hace 184 años por Christian Andersen “El traje nuevo del emperador”. Al rey de la fábula unos estafadores, en el caso de AMLO sus ‘asesores’, le hicieron creer que con políticas parecidas a las de Venezuela se reduciría la desigualdad, la pobreza y la corrupción, las mismas promesas que utilizó Chávez para llegar al poder.
En casi dos años y medio de gobierno, López Obrador, con algunas variables, repite las políticas que llevaron a Venezuela a la pobreza generalizada, luego de ser el país con el mayor nivel de vida en Sudamérica, antes de la llegada de Chávez al poder.
Los ‘colaboradores’ o mejor dicho ‘servidores’ de AMLO no le dicen sus errores, y él cree que va por el camino correcto. Cualquiera que crítica o cuestiona una de sus decisiones es un enemigo, parte de una oposición que trata de perjudicarlo.
Sus servidores ya ‘le agarraron la medida’, saben que apoyar cualquier idea que manifieste les asegura la ‘chamba’ y los convierte en sus favoritos. Si el presidente comenta que el cubrebocas no ayuda a prevenir el Covid, en lugar de decirle que no es correcta su apreciación, sus servidores incondicionales, aunque saben que no tiene razón, dicen en público que el cubrebocas “da una falsa sensación de seguridad”, y así por el estilo los ‘apoyos’ de sus servidores.
Esa corte de lambiscones, con algunas excepciones, son las que han hecho realidad la fábula de Andersen, también conocida como ‘El rey desnudo’. El rey creyó el cuento de los estafadores, que le habían hecho un ‘traje invisible’, que solo iba a verlo la gente buena. La mayoría de los adultos se quedó callado al ver que paseaba desnudo.
Cuando alguien critica las políticas de regresar a los monopolios estatales, que siguen saqueando y tiene pérdidas crecientes, y condena la compra de votos por medio de tarjetas cargadas de dinero de un banco estatal, como en Venezuela, le dicen que son enemigos quienes lo cuestionan.
Hacen falta en México niños, como en el cuento de Andersen, que le digan ‘que anda desnudo’, que destruye México con políticas que ya fracasaron en todo el mundo, en Venezuela, Cuba y en el mismo México el siglo pasado.