Recientemente el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, visitó Cuba, gobernada durante 59 años por los hermanos Castro. Raúl Castro, en 2019, colocó como presidente de Cuba al líder del Partido Comunista cubano, Díaz Canel, incondicional suyo, quien gobierna actualmente. Me pregunto cuál fue el objetivo de que el presidente de México visitara y reconociera como democrático a un régimen dictatorial, que con su visita lo aprueba tácitamente. El actual régimen represivo cubano sumió a su pueblo en la pobreza y suprimió libertades.
La única probable razón, aconsejada por sus asesores de izquierda, de visitar a los integrantes de un gobierno dictatorial, es demostrarle al presidente de EU que el presidente de México es independiente y puede ir a donde quiera, aunque se molesten los gobernantes de EU. Creo que a Joe Biden, presidente de EU, no le quitó ni cinco minutos de sueño la visita de presidente de México a Cuba.
Es una sinrazón hacer comentarios adversos de nuestro principal socio comercial -equivale a darle de patadas al bote de la leche-, destino de alrededor de 80 por ciento de nuestras exportaciones, mientras a Cuba llegan menos de 1 por ciento.
Las empresas de EU crean cerca de 30 por ciento de los empleos formales en México. Mientras de Cuba solo recibimos miles de cubanos que huyeron del régimen dictatorial y buscan entrar a EU, que hasta finales del 2019, según la ONU, fueron un millón 654 mil 684 cubanos los que salieron de Cuba, 14.6 por ciento de su población.
En la frontera de México con EU, el segundo grupo más grande que trata de entrar a Estados Unidos, después de los mexicanos, son de los cubanos.
Hace unos años visité Cuba y era palpable la escasez de casi todo: alimentos, medicinas, ropa, lentes, libros, lápices, viviendas. Por ello, cada día más cubanos quieren salir de Cuba.
Pobres cubanos que vivieron la dictadura de Batista por 13 años y ahora llevan más de 60 años bajo la dictadura de los Castro. Dictadura a la que dio un reconocimiento tácito con su visita el presidente de México. La diferencia entre las dos dictaduras cubanas es que con Batista había más libertades que en la actual. En una no había mujeres cubanas que tenían que prostituirse para conseguir unos dólares, en la actual sí, donde jovencitas venden sexo a turistas, o delincuentes cubanos ofrecen sexo con niñas a turistas a cambio de 100 o más dólares.