La democracia implica la división de poderes, un gobierno limitado por una Constitución y elecciones que garanticen el cambio de gobernantes cada determinado tiempo.
Las características de las dictaduras, regímenes opuestos a la democracia, implican la concentración del poder político y económico en manos de una persona, la ausencia de la división de poderes, y la permanencia sin límite de tiempo de un mismo partido en el poder.
Un ejemplo de dictadura lo tenemos en Cuba, donde gobierna una familia desde hace 54 años, los Castro. No hay elecciones ni división de poderes y legalmente existe solo un partido.
Los planes de MORENA para debilitar al INE, organismo autónomo que organiza elecciones, legitima al triunfador, asegura la limpieza de las elecciones y da pasó a la alternancia, de convertirse en ley, será un golpe fatal a la democracia.
La llegada al poder del ahora presidente Andrés Manuel López Obrador y su partido MORENA en 2018 fue gracias al INE, pero ya en el poder quieren debilitarlo y quitarle la autonomía para tener un mayor margen para manipular las elecciones del 2024.
Quitarle la autonomía al INE mediante el llamado “plan B”, y que las elecciones sean manejadas desde la Secretaria de Gobernación, dependencia del ejecutivo, cuyo jefe es el Presidente, sería un golpe mortal a la democracia.
Las recientes manifestaciones para apoyar al INE, sin antecedentes por el número de asistentes en el México contemporáneo, reflejan la preocupación de millones de mexicanos en todo el país, no solo por la destrucción de la autonomía del INE sino de un régimen democrático, que con sus defectos y limitaciones, desechó las trampas en las elecciones e impide que un partido o gobernante se eternice en el poder, como sucede en Cuba y sucedió en México el siglo pasado, cuando el PRI se mantuvo en el gobierno por 70 años, de 1929 hasta la llegada de Fox en el año 2000.
López Obrador llegó al poder gracias al INE, que reconoció su triunfo. Fue elegido democráticamente, pero esa legitimidad inicial en su mandato se termina en el momento que destruya la autonomía del INE y su gobierno se acerque a una dictadura, que la mayoría de los mexicanos, que no vendemos el voto, por necesidad o falta de valores, no queremos regresar.