Las leyes para combatir la corrupción y crear un fiscal anticorrupción pueden convertirse en un teatro mediático que busque contrarrestar el creciente enojó de los ciudadanos ante el descarado enriquecimiento de funcionarios, contratistas de empresas estatales, líderes sindicales, gobernadores y alcaldes, que en su mayoría no son llamados a rendir cuentas ni castigados por sus actos corruptos.
El Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (IFAI), que empezó a funcionar con los gobiernos panistas, sacó a la luz pública excesos e irregularidades, aunque faltaron leyes o la voluntad para aclarar esos ilícitos y castigar a los responsables. La Auditoria Superior de la Federación (ASF) dio a conocer faltantes millonarios en los estados, pero entregó los resultados de sus auditorías a las mismas autoridades que las cometieron, violando en principio jurídico de que no se debe ser juez y parte. Ese principio se contravino al encomendar el presidente investigar un conflicto de intereses que le imputan a un subordinado que él mismo nombró.
El camino para reducir la corrupción no es crear entre ‘bombos y platillos’ un nuevo organismo que presida un ‘fiscal anticorrupción’ en nuevas instalaciones y con más burócratas, sino fusionar la Secretaria de la Función Pública con la Auditoria Superior de la Federación. Y darle a este organismo, que ya es autónomo, competencia y autoridad para auditar participaciones estatales y presuntos actos de corrupción en todos los poderes y niveles de gobierno, y el de consignar directamente a tribunales federales a los presuntos corruptos sin tener que pasar por la PGR, que ha paralizado la mayoría de las acusaciones.
Las principales fuentes y estrategias de corrupción están identificadas, las enumero y analizo en el libro Los ricos del gobierno, pero falta darle sustento y competencia a una autoridad independiente sobre los tres poderes y los tres niveles de gobierno, para que combata la corrupción de principio a fin. Lo que se puede lograr con la fusión de la SFP y la ASF, sin necesidad de gastar un peso más, al contrario, ahorrando al fusionar las dos dependencias.