Para que la economía absorba el regreso de cientos de miles de mexicanos de Estados Unidos, y evitar que desempleados y subempleados traten de pasar la frontera para conseguir un buen empleo, que no lo pueden encontrar en México, es necesaria la derogación de leyes y reglamentos que obstaculizan la creación de empleos.
Muchos de los que regresan traen recursos para comprar tierras y convertirse en pequeños propietarios, pero la incertidumbre de la propiedad en el campo les impide hacerlo. Se debe facilitar la compra-venta de ejidos, derogar leyes que exigen asambleas en las comunidades para validar su venta. Que cada ejidatario o comunero venda o compre tierras con la misma seguridad jurídica y procedimientos que en las zonas urbanas.
Cientos de miles llegarán de los EUA en busca de empleo, por lo que es necesario flexibilizar las leyes laborales y reducir cargas fiscales a los empresarios para incentivar y facilitar la creación de más empleos.
El exceso de cargas, reglamentaciones y de gravosas multas por cualquier falta administrativa, que generan corrupción, mayores costos de transacción en la apertura de empresas y en la contratación de personal, son de las principales causas de la baja creación de empleos en México. Es necesario simplificar la ley laboral, reducir impuestos y trámites a la generación de empleos legales para aumentar su oferta en el mercado laboral.
Los planes de aplicar impuestos a exportaciones hacia los Estados Unidos de productos mexicanos y de bajar los impuestos a empresas en los Estados Unidos de Trump, hacen necesario la reducción de impuestos a las empresas en México para darle competitividad a la inversión. Si Trump reduce los impuestos a empresas en EUA, el peligro no solo será que emigren empresas extranjeras que ya están en México sino que no lleguen más a invertir.
Facilidad y seguridad en adquirir propiedades en el campo, reducción de cargas fiscales y laborales a los creadores de empleos, son algunos cambios que deben iniciar el Ejecutivo a nivel reglamentos y los legisladores en cuanto a reformas y derogación de leyes.
No quedarnos en llamados a la unidad o a una negociación digna, y postergar reformas en el entorno legal interno, necesarias para amortiguar y contrarrestar las políticas anunciadas por Trump.