Desde los tiempos más remotos, los impuestos son consignados por los historiadores como una de las principales causas de guerras, revoluciones y decadencia de grandes civilizaciones.
La decadencia de la civilización egipcia fue consecuencia, en parte, de intolerables impuestos que detuvieron el proceso productivo.
La decadencia del imperio romano tuvo entre sus principales causas la excesiva carga fiscal a los habitantes del imperio.
La Carta Magna, arrancada a Juan Sin Tierra, es producto de la inconformidad ante la excesiva y desigual carga tributaria. La Revolución francesa surge también en gran parte como consecuencia de un descontento ante los excesivos impuestos. La lucha por la independencia de las colonias inglesas en América del Norte tiene como causa problemas tributarios.
El impuesto es uno de los fenómenos que han existido en mayor o menor grado en todos los tiempos y bajo todos los sistemas de gobierno; sin embargo, cuando buscamos en los anales de la historia las explicaciones a ellos, vemos que gran parte de los políticos, sociólogos y economistas dan por sentada la necesidad de pagar impuestos, sin analizar el porqué se pagan los impuestos en sus raíces más profundas.
Y todavía se presenta una mayor confusión cuando nos hacemos las preguntas: ¿cuáles son los límites? ¿Es lícito no pagar impuestos cuando los consideramos excesivamente altos? ¿Bajo qué esquemas o guías podemos cuantificar un monto justo de impuestos?
Las teorías jurídicas y tributarias dan respuestas que dejan poco satisfecho al investigador que busca las causas últimas de las cosas.
Hay impuestos porque hay gobierno, dicen algunos, y para que el gobierno exista es necesario pagar impuestos. ¿Cuándo son altos los impuestos? ¿Cuando rebasan el 50 %, 70 % o 90 % sobre los ingresos del causante o cuando representan más del 25 % del Producto Interno Bruto o el 50 %? ¿Está su límite con relación a las necesidades del gobierno? ¿En cada tiempo y lugar son diferentes los límites de los impuestos al igual que las necesidades del gobierno?
De todos los estudios analizados sobre orígenes y límites de los impuestos, no hemos encontrado ninguno que nos satisfaga plenamente, y es por ello que pretendemos, mediante el presente trabajo, delinear una teoría que defina cuándo el impuesto es, llanamente hablando, un abuso por parte de los gobernantes, que sustentan el monopolio de la fuerza, hacia los gobernados.
Para delinear una teoría sobre la naturaleza y límites de los impuestos tenemos que partir de un concepto claro de Estado. Y para llegar a un concepto correcto de Estado es necesario analizar a la persona humana, que es la realidad sustancial dentro del fenómeno Estado.
Existe una relación directa entre los conceptos de persona humana, sociedad, gobierno, Estado e impuestos. Sólo entrelazando íntimamente estas realidades, podemos ser capaces de dar una respuesta satisfactoria a la pregunta: ¿son los impuestos un fenómeno necesario para vivir en sociedad y poder realizarse el ser humano?, o ¿constituyen un abuso por parte de unos individuos que ostentan la autoridad y la fuerza en contra de otros que no tienen otra alternativa que pagar los impuestos o ser privados de sus bienes o libertad por parte de los gobernantes?
En el presente trabajo sostenemos como tesis fundamental que la justificación y límites de los impuestos están en relación con sus fines. La naturaleza de los impuestos es teleológica.
También sostenemos que la extracción de riqueza a los particulares por parte del gobierno en una forma coercitiva y unilateral, sólo se justifica en cuanto a que dichas riquezas se apliquen en la satisfacción de necesidades comunes a todos los miembros de la sociedad o bien común. Y dicho bien común consiste fundamentalmente en crear un ambiente de orden, justicia y seguridad que permita a cada ser humano alcanzar libremente sus metas personales tanto en el campo material como espiritual.
Toda extracción de riqueza que bajo el título de impuesto haga el gobierno a sus ciudadanos y que no sea destinada al cumplimiento del fin anteriormente mencionado, la consideramos injustificada y sostenida únicamente en la fuerza de quienes detentan el poder. Jurídicamente dichas extracciones por parte del Estado son equiparables al robo…
«Toda extracción de riqueza que bajo el título de impuestos haga un gobierno a sus ciudadanos y no sea aplicable a la consecución del bien común será equiparable al robo».
En esta nueva edición, con material inédito y datos actualizados, Luis Pazos resuelve interrogantes que atañen a cualquier ciudadano actual: ¿Por qué y en qué medida debemos pagar impuestos?, ¿qué razones llevan a un gobierno a elevarlos?, ¿realmente nos beneficia pagar dicho tributo?
Existe un escenario en el que no es ético pagar impuestos. El autor desarrolla y expone un sólido análisis al respecto y explica con suma claridad cuál es el origen y función de estos. De acuerdo con Pazos, los impuestos deben propiciar un ambiente de justicia, seguridad y bien común, el cual permita a cada individuo alcanzar libremente sus metas personales.
Inmersos en una particular coyuntura política, resulta un libro imprescindible para los mexicanos, pues permite comprender a cabalidad de qué forma se utilizan los recursos que el gobierno demanda y elaborar un juicio personal sobre el tema, necesario para la toma de decisiones.
Publicado por Editorial Planeta.