La principal solución a la pandemia del COVID, que ha matado a más de 100 mil en México y a millones en el mundo, no la tienen los burócratas y gobiernos que se la pasan contando a los muertos, sino los laboratorios e investigadores de empresas privadas, que en tiempo récord crearon vacunas contra el COVID.
En países como Estados Unidos hay un reconocimiento a las empresas privadas que salvan al mundo del COVID y se plantean el segundo problema a resolver, su distribución. El gobierno de EUA se apoyará en el ejército, pero su principal aliado para aplicarla serán hospitales y clínicas del sector privado. En México el gobierno planea ser el único en aplicarla, según dicen por “seguridad nacional”, pero en realidad es con fines electorales.
Si se consolida el gobierno como única fuente de vacunación, será lento el proceso para aplicarla. Tomará meses, quizá medio año, vacunar a toda la población.
Funcionarios del actual gobierno ya mostraron su inexperiencia para la distribución de medicinas. La escasez de medicinas para niños con cáncer y la mala distribución de la vacuna contra la influenza son ejemplos. Si insiste el gobierno en ser el único en aplicar la vacuna contra el COVID, habrá colas y muertes innecesarias, por la burocratización en la aplicación de la vacuna contra el COVID.
Otro factor que ayudará a consolidar la irracional decisión de convertir al gobierno en el único aplicador de la vacuna contra el COVID, es que muchos asesores y altos funcionarios del actual gobierno están infectados por un virus que los lleva a menospreciar y tratar de terminar con todo lo que huela a empresa privada.
Ese virus, al que denomino “marxismovirus”, llena de odio y envidia a quien le penetra en su cerebro. Ve como un enemigo a vencer a toda persona o empresa que gana dinero creando nuevos productos, como las vacunas, o distribuye mercancías hasta en los pueblos más apartados, estimulados por las ganancias.
Si el presidente López Obrador confirma la decisión de convertir al gobierno en el monopolista para la aplicación de la vacuna contra el COVID, habrá más muertos, generados, no por el COVID, sino por el “marxismovirus”.