Cuando algún familiar está enfermo y le preguntamos al doctor qué tiene, y nos contesta que no sabe, nos preocupa más que si nos diera una opinión negativa de su estado de salud.
Algo parecido pasa con el futuro de la economía mexicana, no hay certeza de cuándo va a estallar una crisis y su magnitud, o si va a poder el gobierno evitar una crisis.
Las llamadas calificadoras, que miden el llamado riesgo país, que toman en cuenta los grandes inversionistas para invertir o desinvertir su dinero en un país, pueden de un momento a otro bajar la calificación a la economía mexicana.
Un mayor riesgo país implica un aumentó de las tasas de interés para retener la inversión financiera, que compra valores de un gobierno para aprovechar las altas tasas de interés.
A mayor riesgo país, mayores tasas de interés en comparación con las de otros países. Las tasas de interés en México son más del doble (11.25%) que en Estados Unidos (5.25%). A pesar de ello, hay inversionistas que no quieren correr riegos de una devaluación del peso en un porcentaje mayor a la tasa de interés que reciben. Sin embargo, hay inversionistas que invierten en países con alto riesgo para aprovechar los altos intereses, como el caso de México, pero pueden vender sus posiciones en unos minutos.
Al analizar la economía mexicana es difícil determinar cuándo y en qué magnitud sufrirá una crisis económica, si antes que termine el actual gobierno o al empezar el siguiente. Hay incertidumbre, pues la deuda interna y externa del actual gobierno llegó a niveles récord en la historia de México. Hay el peligro que su deuda externa se convierta en “bonos basura”, si las calificadoras le bajan más la calificación a México.
Si el actual gobierno no frena el crecimiento de su gasto, el aumento de su déficit y reduce sus altas tasas de impuestos, 55.1% contra 36.6% en EUA o 24.5% en Canadá, aunque consiga que parte del pago de intereses de su deuda los transfieran al próximo gobierno, existe el peligro de que, en el 2024, tarde o temprano, le reduzcan más la calificación a México, sigan disminuyendo las reservas y llegue el momento que ya no pueda el gobierno impedir una devaluación de peso. Lo que se puede evitar si el gobierno en 2024, abandona sus políticas estatistas, comienza un proceso de privatización de empresas estatales, reduce su gasto y déficit público; sino lo hace hay posibilidades de que la economía mexicana empeore en 2024.