Antes del coronavirus y sus efectos negativos en la economía mundial y en la de México, varias instituciones financieras nacionales y extranjeras, y las calificadoras, vislumbraron un 2020 con un crecimiento mucho más bajo que el esperado por el gobierno.
Calificadoras e inversionistas consideraron que no había voluntad política del gobierno para corregir el camino, y se confirmó por los dichos del Presidente que seguirían por el mismo camino. Esa fue la principal causa de que muchos organismos e instituciones financieras redujeran las expectativas de crecimiento de la economía mexicana.
Si bien los recientes aumentos del dólar y de los problemas de un decremento del PIB en 2020 respondieron en gran parte a la presencia del coronavirus, no son los factores determinantes del origen de las expectativas negativas de la economía mexicana, que ya vienen desde el 2019 y generaron el decrecimiento de la economía. La crisis ya está en México y se agravó por el Coronavirus y el error de Mexicali.
El coronavirus empeoró los desequilibrios, que sin su presencia ya se contemplaba agravarían a partir de mediados del 2020, si continuaban las mismas políticas erróneas del 2019. La cancelación de una inversión de una planta Cervera en Mexicali, de aproximadamente 250, mil millones de pesos, se cancelará en una baja mayor de la inversión, precursora del crecimiento, como en 2019 sucedió con la cancelación del aeropuerto.
El coronavirus potencializó la inestabilidad de la economía mexicana, pero no es su causa fundamental.
Si el gobierno no corrige los errores internos, con o sin Coronavirus, habrá decrecimiento de la economía mexicana, es decir, por debajo de cero. El tipo de cambio cambiado fluctúa más hacia arriba que hacia abajo, y será otro factor de incertidumbre para la inversión extranjera en México.