El primer paso para curar una enfermedad es reconocer que estamos enfermos, el segundo, detectar sus verdaderas causas y el tercero, tomar las medicinas correctas en las dosis adecuadas.
Si partimos del falso supuesto que el aumento de la deuda, del déficit, de la devaluación y de la corrupción son debidos a factores externos: aumento de tasas en Estados Unidos, crisis en China, baja o alza del petróleo o Trump, no reduciremos los desequilibrios y pasivos en el gobierno, los que disminuyen el nivel de vida de la clase media y pobre.
En el 2013 el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto nos dijo que aumentaron impuestos para compensar la baja del precio del petróleo, en 2017 señala que incrementaron el precio a las gasolinas para compensar el alza del precio del petróleo. Gobierno manipula factores externos para justificar sus políticas de gasto público creciente, que en poco o nada benefician a la mayoría de ciudadanos.
En el libro “EPN: EL RETROCESO” comprobamos que en los primeros cuatro años del actual gobierno hubo un retroceso. Las principales causas del mayor endeudamiento, devaluación y bajo crecimiento son internas. Los recursos derivados del aumento de impuestos no se utilizaron para reducir los desequilibrios en las finanzas públicas, sino para gastar más, subsidiar las ineficiencias y robos en PEMEX, y cubrir el saqueo en varios estados por sus gobernadores.
Recaudar más impuestos vía aumentos de precios de las gasolinas es un camino equivocado para reducir deuda y déficit. Sobre reglamentación, exceso de leyes, de permisos y la impunidad, generaron el aumento de la corrupción.
Los recortes al gasto anunciados son virtuales e insuficientes para frenar el desequilibrio de las finanzas públicas. Es necesario, como demostramos en el libro con cifras, bajar más el gasto público, desreglamentar, flexibilizar legislación laboral y reducir impuestos para lograr más crecimiento, empleos y un aumento de salarios reales.