Al analizar el comportamiento de Morena en materia electoral en sus tres años y ocho meses de gobierno, concluimos que no escribe una nueva historia, sino que regresa a la misma historia del PRI del siglo pasado.
En el costoso e innecesario proceso electoral que titularon ‘revocación de mandato’ solo buscaron reforzar la presencia de su Presidente ante la ciudadanía. Gastaron aproximadamente mil 700 millones, equivalentes al costo de 13 millones de vacunas contra el Covid para niños. Morena violó las leyes electorales al tapizar miles de pueblos y ciudades de espectaculares con la foto del Presidente, y el mensaje “Que siga AMLO”. Esa conducta generó la condena del Instituto Nacional Electoral, por lo que el gobierno de Morena condenó a muerte al INE, encargado de organizar votaciones y evitar fraudes.
El acarreo y la compra de votos mediante el reparto del llamado ‘gasto social’, principalmente en el campo, no es una nueva estrategia, sino el regreso a la usada por el PRI el siglo pasado. Le pregunté a un humilde pescador que si votó en ese proceso electoral. Me dijo que sí, a favor de Morena, pues recibió una ayuda del gobierno y le dijeron que si perdía Morena las elecciones se acabarían los apoyos. La misma estrategia que el PRI el siglo XX, que se sostuvo por décadas en el poder gracias al llamado ‘voto verde’: el voto de millones de campesinos que votaban por el PRI a cambio de ayuda.
El reciente enfrentamiento violento en las elecciones internas entre morenistas, donde quemaron urnas y se agarraron a golpes, es por el control interno de altos puestos y candidaturas, que significan poder y el manejo de millones de pesos, que ven como un botín muchos miembros de ese partido.
INE denunció públicamente las trampas y violaciones
El Instituto Nacional Electoral denunció públicamente las trampas y violaciones de Morena en los procesos electorales. La respuesta del gobierno de Morena ante esas acusaciones es la condena a muerte del INE. La drástica reducción de su presupuesto en 2022, utilizando a los legisladores de Morena, que al igual que los del PRI el siglo pasado, obedecen servilmente las órdenes del Ejecutivo, es una señal más de que vivimos un regreso al viejo PRI.
Morena no hace historia, repite la historia del PRI. No hay una transformación sino una regresión al antiguo PRI, por ello el nombre de Primor: PRI-Morena, pues no es más que el regreso del PRI del siglo pasado al poder.