Durante 50 años de aplicación de una economía socialista dirigida por el gobierno, con Mao Tze-Tung a la cabeza, no hubo crecimiento económico en China y sufrieron a finales de los 50 una hambruna en la que murieron más de 35 millones.
Al término de la década de los 70 el nuevo dirigente de China, Deng Xiaoping, ante el evidente fracaso del sistema socialista estatista, propone ensayar en algunas provincias el sistema capitalista mediante lo que llamaron Zonas Económicas Especiales: libre comercio con bajos impuestos, libertad de contratación, facilidades para la importación, exportación y respeto a la propiedad privada.
Esas Zonas Económicas Especiales (ZEE) se convirtieron en el motor que transformó a China de un país con pobreza y atraso –adjudicada según los ‘expertos’ de la ONU a la sobrepoblación–, en la economía que sacó más rápido a millones de chinos de la extrema pobreza e incrementó salarios reales.
El método no fue aumentando impuestos a los ricos sino –como lo demuestro en el libro Desigualdad y distribución de la riqueza– disminuyéndolos. Gran parte de las tres mil 500 Zonas Económicas Especiales están en China (mil 500).
El presidente Enrique Peña Nieto anunció la creación de la primera ZEE en México, lo cual puede convertirse en un camino para incentivar el crecimiento, si tienen los incentivos adecuados; o convertir a esas zonas, como lo señala la revista Forbes, en un despilfarro de recursos y en un costoso fracaso, si pretenden desarrollarse por decreto. Uno de los ‘secretos’ del éxito de las ZEE en China son los bajos impuestos a las empresas: 15 por ciento, además de flexibilidad de las leyes laborales y facilidades para exportar e importar.
Si en México esas zonas no van acompañadas de tasas competitivas de ISR con las miles de ZEE que existen en China, India y otros países, servirán sólo para hacer anuncios mediáticos, como el del ‘presupuesto cero’, y se convertirán en ‘elefantes blancos’, como comenta Forbes.
Para atraer masivamente la inversión extranjera mediante las ZEE no sólo deben dar incentivos fiscales según consideren ‘expertos’ de la Secretaria de Hacienda, sino tasas de impuestos a empresas que compitan con las de China, India y otros países. Si no, en unos años veremos notas que digan “Fracasaron las Zonas Económicas Especiales”.